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Entrevista a Sergio Martos Rosillo del Instituto Geológico y Minero de España

Updated: Feb 9, 2021

El experto habló acerca de los sistemas ancestrales para el manejo del agua en Iberoamérica y sus beneficios para los retos globales como la emergencia climática. De esta forma, UNESCOSOT hace lanzamiento de su serie de podcast interactivo en el que busca divulgar la ciencia alrededor de la sostenibilidad.

Barcelona, 8 de febrero


El pasado 11 de diciembre de 2020, la Cátedra UNESCO de Sostenibilidad realizó el lanzamiento de la Convocatoria sobre Buenas Prácticas en Hidrotecnologías Ancestrales para la Emergencia Climática. Un proyecto que busca revalorizar el patrimonio cultural inmaterial de los pueblos originarios.


En el marco de dicha convocatoria, invitamos a Sergio Martos Rosillo del Instituto Geológico y Minero de España con quien buscamos ampliar los conceptos relacionados con Ecotecnologías Ancestrales y destacar su trabajo alrededor del proyecto "Siembra y Cosecha de Agua en

Áreas Naturales Protegidas"


¿Cuáles son las características más representativas de los sistemas ancestrales para el manejo de agua en Iberoamérica?


La diversidad de sistemas de manejo del agua en Iberoamérica es muy amplia por lo que sus características también lo son, y, en especial, en las zonas con condiciones áridas y semiáridas. Existen sistemas de manejo del agua milenarios que permiten recoger el agua de lluvia de los tejados y almacenarla en cisternas. Sistemas que captan y canalizan las escasas aguas de escorrentía que se producen durante las tormentas en un área extensa y la concentran en un área más reducida, donde se cultivan especies que requieren de una mayor demanda del agua a la que se da en condiciones naturales. Hay multitud de zonas húmedas, denominadas genéricamente como bofedales, donde el ser humano maneja el agua desde tiempos inmemoriales. Es el caso de muchos bofedales altoandinos hacia donde se derivan las aguas de los nevados con objeto de aumentar la superficie de pastos de los camélidos, mediante complejas redes de canales excavados en el humedal y conocidos como camellones.

Cuando estos humedales son utilizados para la agricultura, se construyen numerosos canales y se amontona la tierra extraída entre los canales dando lugar a los campos elevados, también conocidos como waru-waru, en Perú, canales Zenú, en Colombia, o suka-kollus, en Bolivia.

También hay otros sistemas igual de complejos, que captan el agua de lluvia, la de los riachuelos y la de manantiales y la infiltran en el subsuelo, para almacenarla temporalmente en los acuíferos. Esta agua infiltrada (sembrada) se recoge, es decir se cosecha tiempo después, durante los periodos secos. Para su captación se utilizan pozos, galerías subterráneas o bien se toma directamente de los manantiales o de los ríos que se alimentan de ese proceso de recarga ancestral de acuíferos. Nosotros nos hemos centrado en el estudio de estos últimos sistemas, conocidos en Sudamérica, como sistemas de Siembra y Cosecha de Agua.


Como características generales se pueden señalar el uso de materiales locales para su construcción. Que son sistemas adaptables a las condiciones cambiantes, con requerimientos energéticos mínimos, dado que la mayoría funcionan con la fuerza de la gravedad, que utilizan el poder autodepurador del suelo y el de los ecosistemas asociados y que además de generar beneficios económicos aumentan la biodiversidad. Son sistemas que favorecen la cohesión social, dado que requieren de la implicación del colectivo, y que mejoran las condiciones de vida de la población. Son sistemas que llevan operativos más de mil años, que han permitido superar importantes crisis climáticas y sociales, son, por tanto, ejemplos vivos de resiliencia, de los que, desde el ámbito de la ciencia y la gestión, tenemos mucho, mucho, que aprender.

Fotografía 1: Autor, Diego Aranibar Esteban/Iniciativa Mas Agua.

Fotografía 1. Descripción:

Mantenimiento de canales de infiltración de agua en un bofedal altoandino en la localidad de Turuna, Comuna de Colchane, Región de Tarapacá (Chile). Estos grandiosos humedales son mantenidos por las comunidades aymaras, aumentando, mediante canales de infiltración de agua, la extensión de estas zonas de pasto y la capacidad de regulación de estos sistemas, que descargan lentamente el agua infiltrada del deshielo de los nevados para mantener el caudal de manantiales y ríos situados aguas abajo.


¿Cómo valora el conocimiento sobre ellas en la actualidad y sobre todo su posibilidad de ser replicadas en distintos contextos para atender la emergencia climática?


La investigación de estas técnicas ancestrales de manejo del agua está en sus inicios. Para investigar estos sistemas se requiere de equipos de trabajo interdisciplinares y multidisciplinares que deben disponer de expertas y expertos en antropología, arqueología, paleoclimatología, ecología, hidrogeología, hidrología, agronomía e ingeniería forestal, entre otras. Solo así se puede llegar a su conocimiento integral.


Desde el punto de vista de mi especialidad, la hidrogeología, podemos decir que está casi todo por hacer. Actualmente se está comenzando a investigar la capacidad de regulación hídrica de los extensos bofedales altoandinos y de los waru-waru, donde el manejo del agua realizado permite la agricultura, la ganadería y la recarga de acuíferos, además de prestar importantes servicios ecosistémicos. La investigación de las amunas peruanas y de las acequias de careo de Sierra Nevada, en el sur de España, ha confirmado la eficiencia y la antigüedad milenaria de este sistema de uso conjunto de agua superficial y subterránea y de recarga de acuíferos de montaña. El efecto de regulación del caudal de los ríos donde se utilizan estos canales ya se ha podido demostrar en las escasas cuencas hidrológicas donde ha sido investigado. Las qochas o albarradas de infiltración, los tapes andinos y otros muchos sistemas de Siembra y Cosecha del Agua están comenzando a ser monitorizados para demostrar su eficiencia hidrológica como sistemas de regulación hídrica.


Otra investigación crucial, a la que se debería prestar mucha más atención, es la de los efectos de regulación hídrica que proporcionan los sistemas tradicionales de regadío. Los regadíos tradicionales irrigados por gravedad distan mucho de ser ineficientes, tal y como nos han hecho creer. Los excedentes de riego de estas zonas agrícolas presentan agua de buena calidad, libre de fertilizantes artificiales y sin organismos patógenos, gracias al empleo de abonos naturales y al poder autodepurador del suelo y de los acuíferos. Esa agua recarga los acuíferos y debido a su escasa velocidad en el medio subterráneo, alimenta a ríos y a manantiales de forma continua, consiguiendo que estos no dejen de manar, incluso durante los drásticos periodos de sequía. Esto ya lo sabían nuestros antepasados. Las andenerías de Los Andes, o los cultivos en terrazas de Sierra Nevada, presentan a sus pies numerosos manantiales y ríos de caudal continuo y de aguas cristalinas que son prueba de ello.


Lamentablemente, en países como en España, la Administración incentiva la transformación de zonas de regadío tradicional en zonas de regadío localizado, contribuyendo a secar ríos y manantiales asociados, a perder nuestro patrimonio cultural y paisajístico y a perder todo el conocimiento adquirido por las comunidades locales, tras miles de años de observación de la naturaleza. Es nuestra labor como científicos la de revertir esta situación y la de aprovechar todo ese saber ancestral para mejorar el conocimiento de nuestra sociedad.



Fotografía 2: Autor, Sergio Martos Rosillo del Instituto Geológico y Minero de España

Fotografía 2. Descripción:

Detalle del caudal derivado por la acequia de Mecina del río Grande de Bérchules, en la cara Sur de Sierra Nevada, en Granada (España). Todo este caudal es utilizado exclusivamente para su recarga en los acuíferos de ladera de esta montaña. El agua infiltrada mantiene manantiales, aumenta el caudal de los ríos en las épocas secas y permite el abastecimiento de la población local y sus actividades agrícolas y ganaderas.


Respecto a la replicabilidad de estos sistemas, su amplia variedad permitiría reproducirlos a gran escala en casi todo tipo de ambientes. Campos elevados existen a 4000 m s.n.m. y a pocos metros de altitud. Existen sistemas de manejo del agua específicos para zonas en pendiente y otros para zonas llanas. Unos requieren de sustratos de baja permeabilidad y otros de zonas muy permeables. Su réplica es posible y necesaria, de hecho, Perú ya lo está haciendo a través del programa Sierra Azul. Este país cuenta, además, con una ley pionera para la recuperación de costes de los servicios ambientales, con la que se recaudan partidas económicas que permiten recuperar y replicar estas formas de manejo del agua ancestrales. Se incrementa así la calidad y la cantidad de agua disponible, mejorando las condiciones de vida de la población y contribuyendo, al mismo tiempo, a fijar a la población local y a reducir el abandono del medio rural.


Con mayor frecuencia surgen proyectos que buscan entender de una mejor manera estos sistemas ancestrales, ¿de qué manera podemos coordinar todas estas iniciativas de modo que exista un sector amplio y potente capaz de incidir en el sector?


Consulta la respuesta en este audio:


¿Cuáles son los elementos que quisieras destacar de la Red "Siembra y Cosecha de Agua en Áreas Naturales Protegidas"?


Las Redes Temáticas del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo son asociaciones de grupos de investigación de entidades públicas o privadas y empresas de los países miembros de este programa, cuyas actividades científicas o tecnológicas están relacionadas dentro de un ámbito común de interés. Su objetivo es el de intercambiar conocimiento entre grupos de I+D y el de potenciar la cooperación como método de trabajo.


Nuestra Red, “Siembra y Cosecha del Agua en Áreas Naturales Protegidas”, queda incluida en el área de Desarrollo Sostenible. Se formó en 2019 y tiene como objetivos fundamentales los siguientes:

1) Recopilar y analizar críticamente los distintos métodos de Siembra y Cosecha del Agua (SyCA) y los saberes ecológicos asociados de las comunidades locales que los desarrollaron. 2) Valorar la eficiencia, la resiliencia y el potencial de la SyCA como medida de adaptación al Cambio Climático.

3) Potenciar el intercambio de conocimiento tecnológico, la difusión y la replicabilidad de las diferentes técnicas de SyCA.

4). Promover una mejor gestión del agua, hacer propuestas sociopolíticas que permitan a los gobernantes y planificadores del agua conservar, recuperar y desarrollar la SyCA en sus respectivos territorios.

5) Desarrollar y fortalecer un notable grupo de investigación multidisciplinar, abierto y diverso en el que se fomente la transdisciplinariedad.


Fotografía 3: Autor, Sergio Martos Rosillo del Instituto Geológico y Minero de España

Fotografía 3. Descripción:

Detalle de una de las zonas donde se vierte el agua de la acequia de Mecina para su infiltración en los acuíferos de ladera. En estas zonas de gran capacidad de infiltración, denominadas localmente como “calaeros” o “simas”, se recarga todo el caudal vertido desde la acequia de careo. Estudios recientes han demostrado que esta forma de manejo del agua tiene más 1200 años de antigüedad en España, existiendo sistemas muy parecidos en Perú, las amunas, para las que se dan citas de 1400 años.


En los dos años de andadura de nuestra red, y pese a las enormes dificultades que está suponiendo la pandemia, debo decir que los resultados conseguidos han superado nuestras expectativas. Hay muchos países donde estas técnicas ancestrales de manejo del agua y el suelo se mantienen, siendo desconocidas por la comunidad científica y por los planificadores. En otros países están siendo abandonadas. La creación de potentes grupos de investigación en cada uno de los países que participan en nuestra red está ayudando a revertir la situación. Por otro lado, todos los grupos de investigación nos han manifestado como a través de la colaboración hemos aumentado nuestro conocimiento y la calidad de nuestro trabajo, como estamos ayudando a reducir las inseguridades y a aumentar el número de ideas de calidad. Otro aspecto fundamental es el de la difusión. Nuestra red está haciendo de altavoz de los trabajos realizados por los distintos grupos de investigación. Si queremos que nuestra sociedad valore y proteja este legado, tenemos que investigarlo y darlo a conocer. En eso estamos.

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